Hay quien piensa que cuando te haces madre tu vida cambia radicalmente, dejas de tener vida social y todo se centra en tu pequeño o pequeña y, si bien esto es cierto al principio, las cosas cambian mucho pasados un par de años.
Una vez que tu hijo empieza a pronunciar sus primeras palabras y andar, todo resulta mucho más fácil, y puedes empezar a hacer viajes con él. Es cierto que todo depende de cada uno, hay quienes consideran algunas actividades más propias solo de una cierta edad, mientras que otros integran más su forma de entender el ocio a su nueva condición de padres.
Este era nuestro caso. Mi pareja y yo esperábamos ansiosos que llegara el momento de empezar nuestros viajes en familia. Al ser padres primerizos, nos surgían algunas dudas, pero sabíamos que no iba a haber ningún problema. Al final las cosas siempre son más fáciles de lo que pueden parecer cuando las piensas demasiado.
Para nuestro primer viaje habíamos diseñado una Ruta Gastronómica completa con los mejores platos y sabores para ir visitando amigos y presentarles a nuestro pequeño.
Las mejores Rutas Gastronómicas
España es un país de gran diversidad gastronómica, la paleta de sabores y platos es inmensa y muy variada de norte a sur y de este a oeste.
Si bien, la comida iba a guiar nuestra ruta, también queríamos hacer un poco de senderismo y alguna actividad sencilla de montaña con nuestro peque.
Salimos de Barcelona, antes de empezar la ruta disfrutamos de una exquisita degustación gourmet, la ciudad catalana es de las famosas por esta cocina moderna, mediterránea y tan bien presentada. Algunos restaurantes son más estrictos con lo de llevar peques pero encontramos algunas opciones de cocina gourmet donde no tuvimos problema.
Dejamos Barcelona para recorrer la costa valenciana y sus paellas, la “Cuina Oberta” y sus playas.
De Valencia fuimos a Andalucía, y es que no dudamos ni un momento en recorrer una de las Comunidades con mayor diversidad gastronómica, su exótica influencia de la cocina árabe, muy Al-Ándalus con comidas especiadas y, por su puerto, su plato estrella y más conocido, el gazpacho. Esta sopa fría hecha a base de tomate, pepino, pimiento, ajo, aceite y vinagre es, sin lugar a dudas, uno de sus mayores emblemas gastronómicos.
Llegados a este punto y después de tantas caminatas, nos encontramos con un pequeño imprevisto, y es que nuestro peque había roto sus zapatitos. Por suerte, mi pareja es muy previsora y había anotado algunas tiendas online por si acaso.
De todas las que teníamos, la que más nos gustó fue andandito, una tienda con un amplio catálogo de modelos de zapato para peques donde encontramos un par perfecto, además de tener una página muy funcional e intuitiva para navegar, las gestiones de envío y entrega fueron muy rápidas y sencillas.
No cabe duda, que gracias a las nuevas aplicaciones y recursos que tenemos con las nuevas tecnologías es mucho más sencillo viajar en familia.
Seguimos con nuestra ruta, en la que no podía faltar la gastronomía del norte, teníamos especial interés en Galicia, donde planeábamos quedarnos el resto de nuestros días, ya que era la guinda de nuestro pastel gastronómico.
En Galicia nos pusimos las botas, disfrutamos del mejor pescado y marisco. Los percebes y mejillones de la Costa de la Morte, parecían de otro mundo, no me extraña la fama que tienen.
Eso sí, parece que a nuestro peque no le hicieron tanta gracia, y es que en esas edades se come más con los ojos que con otra cosa. A mi pareja y a mí nos hizo mucha gracia que le diera asco tal manjar, estaba segura que en unos años se pelearía por un plato como aquél.
Galicia nos encantó, hicimos una ruta por las Rías Baixas en barco, paramos por furanchos y degustamos el magnífico albariño. Nos hablaron de las almejas y berberechos de Muros y Noia y hasta allí que nos fuimos.
Fue la mejor forma de terminar nuestra Ruta Gastronómica en familia. Una vez en casa decidimos pasarnos la siguiente semana a dieta, pero no tardamos nada en empezar a planear la siguiente, con la diferencia de que, esta vez nuestro peque empezaba a ser más participativo y quería hacernos una interesante sugerencia de destino. Se moría por recorrer el país de su plato favorito, los espaguetis.
La verdad es que no podría haber elegido destino gastronómico mejor, incluso después de no comerse un buen plato de percebes.