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No importa si el restaurante que regentas es de tapa española, comida tailandesa o platos gourmet porque la tendencia es la que manda y si no eres capaz de adaptar alguno de tus platos esas nuevas tendencias perderás clientes. Hay que pensar que es como cuando tienes que crear un plato para celiacos o alérgicos al marisco, debes hacerlo porque es lo correcto, y en este caso debes adaptar algunos platos o crear otros nuevos porque es lo que demanda el gran público, el cliente y comensal. Así de sencillo.

Ya son muchos los que se han sumado a los movimientos de dietas saludables más actuales. Por un lado encontramos a los que se han sumado al “realfooding” y se niegan a comer cualquier procesado, aunque esté tratado por tu propio restaurante a posteriori. A este tipo de personas no las culpo, es más, las aplaudo, porque en un buen restaurante la comida se prepara allí, y es casera, no ultraprocesada.

También podemos encontrar a los veganos y vegetarianos, por lo que no podemos olvidarnos nunca de tener un par de primeros y de segundos especiales para quienes se rijan por este tipo de dietas. Es de vital importancia, no solo para poder dar servicio a estas personas, sino también para crearte una buena imagen en tu ciudad, respetuosa, actual y adaptada siempre a las necesidades de tus clientes.

Pero lo que verdaderamente está dando quebraderos de cabeza a muchos restaurantes son los clientes en “dieta estricta” como los llamo yo. En realidad este tipo de persona no sigue una dieta equilibrada o con una filosofía concreta, lo que quieren es adelgazar a toda costa y últimamente hay muchas personas que se han subido a este carro. Por lo general, tienden a pedir ensalada mixta clásica, para evitar salsas con demasiadas calorías, y carnes a la brasa o a la plancha, que en muchas ocasiones es perfecto, pero que en otras acaba creando un plato insulso y sin ningún tipo de gracia.

Una cosa es comer en un argentino, y comer entraña o vacío a la brasa, y otra cosa es ir a un mejicano, por ejemplo, y pedir ensalada y carne a la plancha. Os puedo asegurar que no es lo mismo, pero ¿por qué? ¿Por qué nos empeñamos los cocineros en pensar que no podemos hacer platos exquisitos sin que lleven apenas calorías? Pues sí se puede, y la clave está en las especias.

Sazonar, aromatizar y dar sabor

Yo llevo años comprando cientos de especias en mercados especializados. Me las traen de Túnez, de Holanda, de China e incluso de Taialandia, y con ellas creo fantásticos platos llenos de aroma y sabor, por simples que sean.  No obstante, soy plenamente consciente de que no todos los restaurantes, o chefs de restaurantes, tienen la posibilidad de adquirir todas estas especias pues yo, para conseguirlas, me recorro medio Madrid, y eso con suerte de estar en una gran ciudad ya que, quien tenga el restaurante en otro tipo de urbe más pequeña, igual tiene que dirigirse a un par de tiendas especializadas que puedan haber, y eso si las hay. Por eso me he tomado la molestia de buscaros una buena tienda online donde podáis localizar todo tipo de especias y, aunque no he localizado exactamente lo que estaba buscando, me he encontrado con una grata sorpresa: Herbodiet.

Se trata de una empresa que cuenta con alimentación ecológica, plantas medicinales y demás, pero lo que a mí me ha llamado la atención es su sección de especias y condimentos. Cuentan con especias para carne, pescado, pasta… pero lo realmente interesante son su especias “combinados”. Antes de recomendaros nada, por supuesto, probé algunas, y son fantásticas para conseguir dar un sabor distinto y único a platos sencillos del tipo del que estábamos hablando. Tienen preparado para barbacoa, especias reunidas (que es uno de los que probé), preparado para pizza, para kebap, preparado para cordero (otro de los que probé), cinco especias chinas, Garam Masala (que también probé) y muchas otras más.

Ok, ¿y por qué los recomiendo? Pensaréis algunos… pues porque han conseguido aunar especias, captando aromas y sabor en perfecta combinación, consiguiendo que añadiendo estos combinados a los platos más sencillos del mundo, estos se conviertan en algo único, especial y original. No se trata de que, de pronto, lo que es una pechuga a la plancha se convierta en filet mignon, pero sí en una pechuga aromatizada con un sabor especial para servir a comensales exigentes con las calorías. Todo un acierto, os lo aseguro.

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