Uno de los aspectos más importantes en el mundo de la hostelería es la limpieza: esta debe ser de un nivel de cinco estrellas. Aunque la cocina sea un lugar de creación culinaria y mucho trabajo, y el área del comedor suela estar abarrotada de comensales y bandejas cargadas que vienen y van, esto no debe ser motivo para que tu negocio no esté rechinante de limpio.
Si tu restaurante no tiene una higiene óptima, esto puede conllevar a que sea más difícil que los alimentos se conserven en buenas condiciones y en cambio, se conviertan en un menú de intoxicaciones alimenticias como la salmonelosis, tanto para los clientes como para los trabajadores de tu negocio.
Además, te librarás de los únicos visitantes que nadie quiere tener en su restaurante: las plagas; y en consecuencia, los gastos resultantes de los servicios de desinsectación y desratización.
Por el contrario, una higiene óptima y bien cuidada hace que tus clientes queden satisfechos y quieran volver a disfrutar de tu servicio. Incluso, otro beneficio de la higiene es que alargará la vida útil de tu equipamiento e instalaciones, así como el rendimiento de tus empleados.
Normas sanitarias a la carta
Algunas de las normas de salubridad que se han establecido para garantizar la higiene adecuada de un restaurante son:
- Cuando el último comensal abandone el lugar y sea el momento de bajar el telón, deberás hacer una limpieza profunda y una desinfección de todo el lugar, incluyendo hasta la última cucharilla.
- Ya sea al final del día o antes de comenzar la jornada, debes revisar que todos los alimentos que estén en la cocina se conserven en buenas condiciones y estén aptos para su consumo.
- En materia de manejo de alimentos, el Real Decreto 3484/2000 establece también una serie de normas básicas de higiene en cuanto a la distribución, elaboración y comercialización de alimentos elaborados que todo restaurante debe conocer y seguir.
- Además, cada cierto tiempo es recomendable realizar jornadas de limpieza específicas para la detección y eliminación de plagas y desinfección del lugar.
Las 6 recomendaciones del día para mantener una higiene adecuada
- Los utensilios de un restaurante deben ser de materiales fáciles de lavar y desinfectar.
- Es muy importante que en las zonas de manipulación de alimentos se tenga acceso a abundante agua fría y caliente, así como al jabón líquido, bactericidas y toallas de uso único. De esta manera se garantiza la correcta manipulación de los alimentos y un desempeño aseado en el momento creativo de los empleados de la cocina.
- Todos los cubiertos y la vajilla del restaurante deben ser lavados y desinfectados mediante un sistema estratégico y mecánico que asegure la total limpieza y desinfección de dichos utensilios. Dicho sistema estratégico incluye:
- La fase de prelavado en la que se eliminan todos los restos de suciedad.
- La fase de lavado en la que se limpian a profundidad todos los utensilios utilizando agua caliente y jabón.
- Fase de aclarado en la que se enjuagan los utensilios para quitar el detergente.
- Fase desinfectante, donde se aplicará algún producto de esta índole para remover todas las bacterias.
- Y la fase final de aclarado, ya que algunos desinfectantes son muy fuertes y se debe garantizar que no quede ningún residuo.
- Incluso se debe cuidar hasta la higiene de los recipientes para la basura. Estos deben ser un material lavable, deben tener tapas bien ajustables para garantizar que el olor de los desperdicios no “aromatice” todo el lugar y además contar con accionamiento a pedal para más comodidad.
- Como habíamos mencionado, se debe realizar la limpieza y desinfección del lugar una vez al día de forma casi religiosa.
- Antes de aplicar la desinfección, tanto en las instalaciones como en los utensilios, debemos haber retirado los restos de suciedad y haber limpiado la superficie con agua y detergente. Si no se tiene clara la diferencia entre limpiar y desinfectar, ambos procesos pierden eficacia.
Nuestro inventario de productos de limpieza recomendados
Para esto debemos tomar en cuenta tanto el tipo de materia a eliminar como el tipo de superficie que se va a desinfectar:
- Para la desinfección de entornos alimentarios se recomiendan desinfectantes con Registro HA.
- Una regla de oro en hostelería es que los químicos con aroma están prohibidos. Ya que se ha demostrado que estos pueden tener efectos contraproducentes sobre ciertos alimentos, como por ejemplo, el chocolate que es bastante susceptible a olores tan intensos.
- Los utensilios o material de limpieza deben poseer el reconocimiento Food-Contact, que garantiza que el producto ha sido diseñado para ser utilizado en entornos alimentarios.
- Entre los productos básicos que nunca pueden faltar debes incluir un desengrasante de calidad, ya sea general o específico.
- Otro imperdible es el desinfectante o higienizante para los utensilios de cocina, tablas de cortar, encimeras, vitrinas, suelos, etc. Incluso, Stocknet, expertos distribuidores de productos de limpieza, recomiendan utilizar un desinfectante de agua para el lavado de las frutas y verduras.
- Por supuesto, debes tener tu lavavajillas y abrillantador máquina para siempre lucir orgulloso una vajilla brillante de limpia.
- Es necesario un buen limpiador multisuperficie, desengrasante y quitamanchas difíciles. Puedes conseguir los tres productos en uno solo y obtener los mismos resultados, además de mayor practicidad en la aplicación y almacenamiento de los productos.
- Por último, pero no menos importante, debes poner extremo cuidado en el baño. Un baño que no cumpla con las normas de higiene adecuada puede ser un enemigo aún peor que un cliente insatisfecho. Por esto debes usar un limpiador específico que garantice la higienización total del lugar y que entre sus características cuente con registro, bactericida y fungicida en base a amonios cuaternarios que te permitirá una mayor limpieza.
- La buena limpieza de un local no solo se basa en cumplir al pie de la letra todas las normas sanitarias y en la elección del equipo de limpieza adecuado, sino que también se basa en pequeños detalles que te permitan alardear tu pulcritud y buen servicio. Esto incluye una presencia intachable de parte de tus empleados, sobre todos de los que van a trabajar de cara al público, una selección exquisita en mantelería e incluso, pequeños detalles como un buen jabón en el baño de los clientes, alguno con aroma antialérgico que le haga sentir al cliente calidad en cada detalle.