Actualmente los cursos de cocina para adultos, los talleres de verano para niños, los cursos exprés para solteros o separados están muy de moda. Y que por supuesto que esto es muy útil y beneficioso para el día a día, pero la cocina también es afición, es relajación, es amor, es placer y gusto para el paladar. Saber elaborar un plato exquisito con unos cuantos ingredientes, sin complicaciones, como hacían nuestras abuelas, es importante.
A veces esta cocina tradicional, la de toda la vida, se va perdiendo por falta de tiempo, por no tener a mano los productos necesarios, por comodidad, o por un sinfín de razones, y la vamos cambiando sin darnos cuenta por la cocina precocinada, por platos elaborados o por la comida rápida, mucho menos sana por la cantidad de aditivos, grasas saturadas y conservantes que lleva incorporada. Pero la cocina tradicional es cultura, dice mucho de la forma de vida de un pueblo, de sus costumbres, de su economía, su climatología, etc.
Fijémonos en la diferencia que existe entre algunas de las distintas comunidades autónomas de este país, y veremos la gran diferencia que hay de unos lugares a otros atendiendo a muy diversas razones, por ejemplo.
- En el norte de España por sus zonas montañosas y frías los platos de cuchara y fuertes son típicos. En Galicia, por su extensa zona costera podemos encontrar sabrosos platos elaborados a base de pescados y mariscos y en el interior, el lacón con grelos, el caldo gallego, la empanada…, todo ello de una calidad exquisita. En Asturias, zona de grandes valles y montañas, los platos de cuchara como la fabada con su morcilla, su chorizo o sus fabes son excelentes, así como sus riquísimos quesos de Cabrales, de Afuega’l pitu… En Cantabria, la caza como jabalí, venado, corzo, así como los potajes y cocido montañés. En el País Vasco comer es casi una obligación, aquí existen peñas o sociedades gastronómicas que se reúnen para preparar y degustar sus propias comidas. Sus productos de primera calidad hacen que “ir de pinchos” sea una necesidad, pues es una tradición ir de bar en bar saboreando estas pequeñas exquisiteces del arte culinario.
- El sur de España está marcado por el calor y por estar entre dos aguas el mar mediterráneo y el océano Atlántico, por lo que su fritura de pescados es un plato típico. El aceite, extraído de la aceituna producida por el olivo, es el gran ingrediente principal de su cocina y la estrella de la dieta mediterránea. El gazpacho, por su parte, es un excelente alimento por la cantidad de nutrientes que aporta al cuerpo humano, así como la capacidad que tiene para combatir la sed y el calor por la cantidad de agua que aporta. Además, su huerta de Almería está considerada como la despensa de Europa.
- Extremadura es famosa por sus productos naturales y entre ellos el cerdo ibérico criado a base de bellotas, por lo que el jamón ibérico es famoso en todo el mundo.
- La Comunidad Valenciana es por su parte conocida por su huerta, por sus alcachofas de Benicarló, por sus naranjas, limones, y sobre todo por sus arrozales y su plato típico por antonomasia, la paella valenciana.
- En Castilla y León, sin duda si algo diferencia a esta comunidad es la calidad de sus asados, tanto de cordero lechal como de sus cochinillos. Las carnes de Ávila también merecen una mención, así como el jamón de Guijuelo, en Salamanca, o el cocido maragato del Bierzo en León.
Y esto solo es una breve mención de las principales diferencias regionales, pues sería imposible enumerar todas y cada una de las exquisiteces de nuestra prestigiosa cocina tradicional en un solo artículo.
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