¿Habéis intentado cocinar vuestro mejor plato con un aceite de oliva de mala calidad o cambiándolo por mantequilla u otros aceites? Si lo habéis hecho notaréis cómo cambia el sabor del plato y estropea el resultado final. Es increíble cómo unas gotas de ese “oro líquido” pueden marcar la diferencia ¿verdad?
Desde que soy chef en un restaurante presto muchísima más atención a los productos que compro, y no sólo para el trabajo sino también para casa, y creo que me he vuelto un completo adicto al aceite de oliva. Todos mis platos, el que más o el que menos, llevan un poco de aceite de oliva. Incluso tengo un postre afrutado que se sirve con un chorrito de aceite de oliva por encima y, a pesar de la cara de los comensales que lo han probado, el resultado final siempre es satisfactorio.
El problema es que ahora no me conformo con cualquier cosa y me niego a cocinar con según qué aceites. A mi jefe, el gerente del restaurante, le hago comprar el aceite de esta fábrica de aceite de oliva. Se trata de una empresa familiar que tiene una producción de aceite de gourmets, ideales para los paladares más exquisitos. Su nombre es Aceites Olimpo y como venden tanto al por menor como al por mayor siempre intento tener tanto en el restaurante como en casa.
Normalmente compro el aceite de oliva virgen extra de 750ml pero la semana pasada hice un pedido para el restaurante su nuevo aceite de olvida virgen extra ecológico de 500ml para probarlo. Estoy seguro de que la calidad va a ser estupenda pero necesito comprobar que el sabor, la textura y el aroma es lo que necesito para según qué platos antes de hacer un pedido grande.
Beneficios del consumo de aceite de oliva
Y es que si la población conociera los beneficios que tiene al aceite de oliva consumiría más del que consume.
Para empezar os diré que, contrariamente a lo que muchas amas de casa piensan, ayuda a perder peso. Esto se debe a que aporta sensación de saciedad y contiene grasas saludables que estimulan la pérdida de peso.
Alivia los dolores gracias a su contenido de oleocantal, ya que éste es antiinflamatorio.
Previene el deterioro mental. Por sus altos contenidos de grasas saludables monoinsaturados, el aceite de oliva podría retrasar o impedir el deterioro mental, el cual está vinculado a enfermedades mentales como el alzhéimer.
Tiene propiedades anticancerígenas. Un reciente estudio determinó que las personas que consumen aceite de oliva frecuentemente en su dieta tienen menos incidencia de padecer cáncer. Este importante efecto podría estar relacionado con su alto contenido de ácido oleico, que es el ácido graso predominante en este alimento. Además, el aceite de oliva contiene antioxidantes, flavonoides, polifenoles y escualeno, los cuales también serían clave en este beneficio.
Aliado contra la diabetes. En un estudio publicado por la revista científica Diabetes Care se reveló que cualquier dieta mediterránea que tiene aceite de oliva es capaz de reducir los casos de diabetes tipo II hasta en un 50%. Esto se debe a que el aceite de oliva contiene grasas saludables que podrían ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y la producción de insulina.
Fortalece el sistema inmunológico. El sistema inmunológico es muy importante para la salud, ya que es el responsable de actuar contra los virus, bacterias y otros microorganismos que pueden provocar enfermedades comunes y crónicas. El aceite de oliva es rico en antioxidantes y otros nutrientes esenciales que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y ofrecerle protección contra las enfermedades.
Disminuye la presión arterial. Sólo tres cucharadas diarias de aceite de oliva pueden ayudar a disminuir los niveles altos de presión arterial. Según varios estudios, las grasas saludables del aceite de oliva podrían ayudar a reducir la presión arterial diastólica y sistólica.