Salir a comer fuera no siempre es sinónimo de tomar platos saludables ni se trata de algo que tenga que ver con el precio que vamos a pagar por la comida. Por ejemplo, podemos comer de menú en pequeños restaurantes o bares de nuestras ciudades donde la comida es casera y de lo más tradicional, siguiendo incluso la dieta mediterránea. No hace falta pagar por platos de una carta elaborada donde también cuenta, y mucho, la decoración del local y el grado de exclusividad del mismo. No, para comer mal hay otro tipo de restaurantes, los denominados de comida rápida. Donde acudimos cuando apenas tenemos tiempo por el trabajo o simplemente por gusto. Además, quizás influye también lo que nosotros vamos a pedir, ya que existe la otra variante, la de ir a comer a un buen restaurante y decantarse por el plato con más grasa o menos saludable de toda la oferta. Pero tenemos que ser conscientes entonces de los efectos que este tipo de comida tiene sobre nuestra salud.
Comer de forma insana trae graves consecuencias, y más si se hace forma muy reiterada y con muy poca cadencia en medio, entre ingesta e ingesta, ya que el organismo acepta todos los alimentos, pero con moderación. Es más, este tipo de comida puede incluso provocar adicción, ya que según algunos investigadores los platos con muchas grasas y azúcares llegan a producir cambios bioquímicos en el cerebro, como si fuesen drogas. Además alteran la percepción del sentido del gusto, ya que llevan fuertes aditivos o condimentos para potenciar el sabor y el estimular el apetito. También llevan una mayor cantidad de sal, ya que el sodio es un buen conservante.
Otra de las consecuencias de este tipo de alimentos es el exceso de peso o el favorecimiento de la obesidad, algo que se está empezado a ver ya también en los niños, ya que contienen muchas más calorías de las que se necesitan en una simple comida, y no por esta se dejan de hacer las demás. Las enfermedades del corazón, la diabetes, las caries o la celulitis son otras de las posibles consecuencias de ingerir este tipo de alimentos.
Las grasas son especialmente las que aumentan estas calorías. Estas, junto con otros tipos de ingredientes que se usan para elaborarlos, como los aceites, la manteca o las salsas, elevan los niveles de colesterol en sangre y provocan también digestiones difíciles, ya que normalmente se cocinan a base de fritos, rebozados o empanados. Acabar en una farmacia 24 horas es común entre todos aquellos que abusan de este tipo de alimentos.
En general, debemos ser conscientes de que todos los alimentos son potencialmente perjudiciales para la salud, pero depende del abuso o el consumo que hagamos de ellos. Por ejemplo, las frutas son de lo más saludable que podemos incorporar a la cesta de la compra, pero si abusásemos de ellas o solamente nos alimentásemos con ellas, se convertirían en perjudiciales por todo el azúcar que contienen y porque nuestro cuerpo estaría dejando de consumir otro tipo de alimentos necesarios para una buena salud, como pueden ser las verduras, las proteínas de la carne y el pescado o las legumbres, la pasta y el arroz. Pasaría lo mismo con las bebidas, una copa de vino en las comidas es buena, pero un exceso de alcohol en sangre puede tener graves daños para nuestro organismo.
Todos estos tipos de efectos o las enfermedades asociadas no siempre se deben solo al consumo de esta variedad de comida, sino que normalmente van asociados también a otros factores o al tipo de vida que llevamos y al ejercicio que practicamos, pero sí es cierto que debemos tener mucho cuidado con el abuso de estos alimentos ya que son un factor principal en el desarrollo de enfermdades.