Nuestro cuerpo es una máquina perfecta y es que está diseñado para realizar y desarrollar las funciones vitales de la vida de una forma óptima. Su componente principal es el agua que representa entre el 70 y el 85% del peso total, además de proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas, azúcares, sales inorgánicas…, formando millares de combinaciones químicas que dan lugar a la formación de la vida y a su desarrollo. Por ello, los alimentos que consumimos, formados por los más diversos tipos de compuestos químicos son tan importantes en nuestra salud y, por ende, en nuestra salud bucodental.
Así, por ejemplo, si en la dieta básica y diaria de una persona se carece de determinados nutrientes como pueden ser las vitaminas, muy útiles a la hora de prevenir infecciones, puede ocurrir que sea más difícil que los tejidos de las mucosas bucales resistan el ataque de las bacterias presentes en la boca contribuyendo, por ejemplo, a la aparición de la enfermedad de las encías, una grave enfermedad principal causante de la pérdida de piezas dentales en las personas adultas. Del mismo modo, si se ingieren grandes cantidades de alimentos o bebidas azucaradas como refrescos, bebidas de frutas, tés endulzados, bebidas energéticas, leche endulzada, etc., además de incrementar el riesgo de padecer diabetes, también pueden contribuir a causar caries dental, una de las afecciones infantiles más comunes en la consulta de odontología.
Con el fin de informarnos sobre cual es la mejor alimentación para nuestra salud bucodental y para prevenir y evitar cualquier tipo de enfermedad, manteniendo una boca sana, es importante realizar al menos una vez al año una revisión bucodental de la mano de un acreditado especialista. Así, aunque es importante que pidáis cita con cada uno de los especialistas más importantes para vuestra salud, en el caso de la medicina bucodental, nuestra recomendación pasa por que visitéis al doctor Álvaro García Lorente de la clínica Gabel dental, donde su equipo profesional podrá realizar los mejores tratamientos en odontología general, odontopediatría, ortodoncia, cirugía oral, implantes dentales, prótesis, estética dental o periodoncia.
Además, las estadísticas demuestran que uno de los factores que mayor importancia cobra en la salud bucodental de las personas que acuden a la consulta odontológica es la presencia de niveles muy elevados de glucosa en sangre, o lo que es lo mismo, el padecimiento de diabetes. Estas personas corren un mayor riesgo de padecer enfermedades como pueden ser:
- Los niveles altos de azúcar crean un entorno propicio para que crezcan y se desarrollen las bacterias.
- Gingivitis o la enfermedad de las encías que, en su etapa inicial, se caracteriza por la inflamación y sangrado de las encías.
- Periodontitis o enfermedad de las encías en una etapa avanzada. En esta fase la enfermedad evoluciona hacia la pérdida de hueso alrededor del diente ocasionando también la pérdida de piezas dentales.
- Candidiasis o, lo que es lo mismo, una infección causada por un hongo que crece en la boca. Esto es algo más habitual en las personas con diabetes debido a que tienen debilitado su sistema inmune. Sus síntomas son placas blanquecinas alrededor de la boca, dificultad para tragar y dolores intensos.
- Infecciones y retraso en la cicatrización. En el supuesto caso de necesitar una cirugía oral y si le recetan antibióticos para minimizar el riesgo de infección, será siempre importante mantener unos niveles normales de glucosa en sangre antes, durante y después de la intervención.
- Sequedad de boca o xerostomía, la cual está producida por una disfunción de la glándula salival que ocasiona una falta o disminución de la cantidad de saliva presente en la boca.
- Alteraciones en el sentido del gusto.
¿Qué normas tienen que seguir las personas diabéticas?
Las personas con diabetes deben seguir unas estrictas normas de higiene oral para prevenir el daño que se pueda llegar a producir en sus dientes y encías y mantener su boca sana. Así, entre ellas, cabe citar las siguientes:
- Cepillar los dientes después de cada comida o al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche, evitando hacerlo con demasiada energía para evitar causar algún daño a los dientes y encías e intentando llegar a todos los rincones de la boca.
- Utilización de hilo dental al menos una vez al día.
- Utilización de un raspador lingual para realizar una correcta limpieza de lengua.
- Reforzar la higiene bucal con un colutorio con el fin de reducir la inflamación de las encías, reducir la hipersensibilidad dentaria o el control de la halitosis.
- Examinar cuidadosamente las encías con el fin de detectar cualquier signo o síntoma de algún tipo de enfermedad bucal.
Y por supuesto es totalmente indispensable mantener los niveles de azúcar en sangre en unos valores normales.