Si bien es verdad que los bares de tapas siempre han existido en España y que nunca han perdido fuelle, últimamente estoy viendo renacer la tapa típica vasca al igual que su cocina. El pincho vasco, aunque algunos no lo sepan, no se parece en nada al típico pincho andaluz o a la tapa castellana, pero tiene un encanto muy especial. Eso sí, hay que tener buen estómago porque son de todo menos pequeños. Hoy vamos a hablar de gastronomía vasca.
El pincho vasco se compone de un trozo de pan, que puede estar tostado o no, con diferentes ingredientes sobre él. Su tamaño, como ya adelantábamos previamente, no suele ser muy pequeño así que si vais a algún restaurante y os los ponen diminutos ya podéis decirles que eso no es un pincho vasco. Uno de los mejores restaurantes donde he probado la cocina vasca es el Órdago Médano, en Tenerife. Tanto sus planos de cocina tradicional como sus pinchos son exquisitos y guardan el sabor y la textura de la verdadera gastronomía vasca, no como otros que no voy a mencionar pero que se han extendido mucho por todo el panorama español a modo de franquicia.
Los ingredientes de la cocina vasca son abundantes y variados gracias a la riqueza y variedad piscícola del mar Cantábrico y a la abundancia de pastos en sus montes, que son favorecidos por las abundantes lluvias, lo cual facilita una ganadería de buena calidad. El clima suave del interior favorece el cultivo de hortalizas, así como la proliferación de abundante ganadería. Todo esto contribuye a las abundantes variaciones de cada uno de los platos típicos vascos.
Platos tradicionales
Entre la gran cantidad de recetas de cocina vasca que podemos encontrar por la red he seleccionado aquellos platos que, en mi opinión, guardan verdaderamente la esencia de la tradición aunque, en algunos casos, han evolucionado favorablemente.
Gildas: la Gilda es un bocado típico de Bilbao, no apto para paladares suaves pero exquisito para aquellos que preferimos la aventura y el sabor extrafuerte. Se trata de una guindilla ensartada con anchoa y piparra, una tapa que tiene variantes como las falsas gildas o las gildas calientes.
Pintxo de bacalao en aceite: este pintxo no puede faltar en ningún tipo de degustación. Es el máximo exponente de la cocina vasca. Se prepara con pescado desalado crudo pero la clave está en los condimentos: aceite de oliva virgen extra, guindilla, dientes de ajo y perejil.
Merluza la vasca: mundialmente conocida y preparada en toda España. Recuerda un poco al sabor de cualquier pescado a la marinera pero tiene algo especial que hace reconocerlo al instante, la salsa verde, con su perejil y su ajo, ideal para el “mojete” de pan.
Kokotxas de merluza al pil pil: otro as de la gastronomía vasca, el pil pil. Este plano se hace concochas, por supuesto, pero como son caras a veces hay ciertas variaciones que no están de todo mal, como las almejas e incluso las chirlas. El resultado es perfecto y si sabes cocinar bien el pil pil obtendrás una salsa melosa fantástica.
Bacalao en salsa vizcaína: otro clásico. Es la receta de todas las madres y abuelas del País Vasco, se cocina a fuego lento, dejando todos los sabores de los ingredientes de la salsa en su punto óptimo de cocción y mezcla, dando lugar a una salsa de pimiento choriceros que se rocía encima del bacalao.
Bacalao al pil pil: y con la salsa melosa que ya hemos mencionado se puede hacer también un bacalao que quita el hipo. Cabe recordar que hay que tener paciencia para cocinas la salsa pil pil, pero si no tenemos prisa y nos lo tomamos con tranquilidad sale exquisita.
Calamares en su tinta: ¡Vivan los txipirones! Que están buenísimos y no engordan nada cocinados en su tinta. Una receta muy sencilla, saludable y llena de sabor.
Porrusalda: un guiso de puerros que recuerda mucho a la sopa tradicional castellana pero con patatas y pescado. Un plato sencillo pero delicioso al que podemos añadir zanahoria si queremos.
Patatas con chorizo: muy conocidas también como patatas a la riojana. Un Guido de patata y chorizo nutritivo y reconfortante para el invierno. Muy sencillo de cocinar, pero mejor a fuego lento.
¿Y tú, qué receta vasca nos recomiendas?