Es barata, está buena y lo más importante de todo, es rápida. La presencia de la comida precocinada en nuestro día a día surgió en EEUU allá por el 1953, o al menos fue entonces cuando se registró la idea. En inglés se la denomina TV Dinner, algo rápido y cómodo para comer mientras cenas delante de la televisión.
El triunfo de este producto fue prácticamente “instantáneo”. Hacía falta. Uno de los recursos más escasos en nuestra vida actual es el tiempo libre para… Descansar, jugar, leer, pasar el rato con los amigos y con la familia, limpiar y por supuesto cocinar. Si tenemos a la mano algo que nos pueda echar un cable, lo normal es tomarlo. Esa sería la razón del día a día entre semana, pero cuando llega el fin de semana y por fin tenemos ese tiempo libre tan ansiado, entonces encontramos una nueva razón ¡No nos apetece ponernos a hacer nada! Para cocinar hay que tomarse un tiempo y una energía para pensar qué hacer, comprar, cocinar en sí y por último… limpiar. Todo esto nos lo podemos ahorrar a golpe de microondas.
¿Piensas que no consumes tanta comida precocinada y platos precocinados congelados?
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Caldo de pollo o pescado (y pastillas de caldo deshidratado).
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Empanadillas, croquetas, palitos de merluza, etc.
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San Jacobo o Cordon bleu.
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Pizza o bases de pizza.
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Pasta.
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Lasaña o canelones.
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Tortilla de patatas.
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Patatas fritas.
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“Caseras”: fabada, albóndigas, callos, etc.
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Arroces (como el arroz chino).
Seguro que aunque no lo hagas todos los días, sí que hay algunos de estos productos de los que ya casi no puedes prescindir. La tendencia en España, según el Instituto Nacional del Consumo es al alza, consumimos cada vez más alimentos precocinados y seguiremos haciéndolo. Pero la gran pregunta es:
¿Es saludable la comida precocinada? Vamos a hacer una lista de ventajas e inconvenientes, incluyendo esta y otras características:
DESVENTAJAS:
Pérdida de valor nutritivo
Sería falso apuntar una pérdida casi total de los nutrientes en el caso de los alimentos precocinados, ya que las técnicas de preparado son cada vez más respetuosas, pero se siguen perdiendo nutrientes que sí conservamos en la comida casera. Al calentar se pierden vitaminas y también en el proceso de deshidratado se pierde, por ejemplo, vitamina C.
Elementos poco saludables
La mayoría de los productos precocinados tienen un alto contenido en sal, azúcar y colesterol. La sal es muy útil como conservante, pero además se añade más sal y azúcar (dependiendo del producto) para hacerlo más apetitoso. Esto no es compatible con una dieta equilibrada y puede ser perjudicial para hipertensos y diabéticos.
Además, la mayoría no están exentos de conservantes, colorantes y aromas y otros aditivos que, aunque también los encontramos en otros productos, suelen tener una mayor proporción y no son lo más indicado para nuestra salud.
No es barato
Al contrario de lo que parece en muchas ocasiones, la comida casera suele ser mucho más barata, incluso en el caso de productos que parecen realmente económicos, como un cartón de caldo a un euro.
Desconocimiento del producto
Al igual que ocurre con otros muchos productos, a pesar de no tratarse de comidas precocinadas, muchas veces no sabemos o no nos paramos a pensar en los productos utilizados para su elaboración.
Lo normal para una empresa es intentar abaratar el coste de producción de cualquier producto para poder venderlo más barato y así aumentar los beneficios. Por eso es lógico que en un producto tan poco visible como un caldo deshidratado o una pizza se incluyan productos de baja calidad que pueden ser compensados con el sabor que aportan los aditivos. Quizá finalmente tengamos una composición de proteínas, grasas, etc. adecuada, pero ¿de dónde vienen? ¿Estamos comiendo productos de calidad?
VENTAJAS
Cada vez más saludables
Debido a la preocupación de muchos consumidores y a la percepción de los productos precocinados como algo poco saludable, muchas marcas se afanan en aportar características para acercar sus alimentos a todas las necesidades: alimentos light, bajos en colesterol y con grasas insaturadas, bajos en sal, sin gluten, etc.
Duran más en nuestra despensa
Muchos alimentos precocinados, sobre todo los deshidratados, enlatados, etc. pueden durar mucho tiempo en nuestro armario y congelador, normalmente sus características hacen que sea mucho más lenta la posible acción bacteriana y de deterioro.
En la variedad está el gusto
En ocasiones, este tipo de comidas es la oportunidad de probar algo nuevo. Aunque muchos imitan casi a la perfección las comidas tradicionales, también tenemos platos originales o exóticos típicos de otros países que no podríamos probar de otro modo a no ser que fuésemos a un restaurante.
Son prácticos
Se tarda menos, se ensucia menos y se trabaja menos para elaborarlos.
CONCLUSIONES
A pesar de que la calidad en las comidas precocinadas está aumentando día a día, sí que es cierto que la comida casera gana por goleada en cuanto a calidad, sabor y valor nutritivo. Siempre será mucho más saludable recurrir a productos frescos cocinados por nosotros mismos.
Lo ideal es consumir este tipo de comida de forma reducida, por ejemplo, una o dos veces a la semana y siempre combinándola con otros productos como fruta para que nuestra dieta sea equilibrada.
Una posible solución a la necesidad de ahorrar en tiempo puede ser elaborar nuestras propias comidas precocinadas. Por ejemplo, dedicar una mañana a hacer una olla o dos de lentejas para después congelarlas e ir consumiéndolas poco a poco.