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Buena comida y fiesta, lo mejor del Carnaval

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Pocos momentos en familia se recuerdan más que aquellos que tienen lugar en torno a una mesa y con motivo de una celebración especial. Afortunadamente, muchas familias todavía tienen la oportunidad de disfrutarlos y de hacerlo con buena comida en restaurantes de la mejor calidad. Todos debemos procurar que siga habiendo momentos así. La familia y nosotros mismos lo agradeceremos.

¿Qué momento suele ser el mejor para organizar un evento así? Después de Navidad las posibilidades de reducen. El mes de enero carece de días festivos una vez que se ha dejado atrás el periodo navideño, pero febrero trae consigo una gran posibilidad de la mano del Carnaval. ¿Y qué festividad más alegre y divertida que el Carnaval para reunir a todos nuestros seres queridos?

El año pasado mi familia escogió el fin de semana de Carnaval para reunirse. La organización de un evento así era simple y consistía únicamente en realizar una comida en un restaurante de la ciudad y salir, quienes quisieran, por la noche a la zona de fiesta. Al tratarse de un fin de semana tan señalado, sabíamos que para pasárnoslo en grande necesitaríamos un disfraz con el que sentirnos parte del ambiente que esperábamos encontrar en la zona.

Como nos estábamos quedando sin tiempo para organizarlo todo, comenzamos a mostrar interés en la adquisición de esos disfraces. Dio la casualidad de que no nos gustaba la calidad de los trajes que vendían en algunas de las tiendas de la ciudad y, por ello, empezamos a confiar en Internet para que nos revelara el secreto para hacernos con una gran prenda de cara a la celebración. La página web de La Casa de los Disfraces nos iba a proporcionar justo lo que andábamos buscando.

Fue ahí donde nuestro problema se resolvió. Por lo que a mí respecta, adquirí un traje de enfermera que me sentaba fenomenal y que me resultó sumamente barato. Por otro lado, mi hermano y mis primos decidieron obtener disfraces de lo más variados, desde el de Superman hasta el de policía. Todo se podía encontrar, entre una gran variedad de productos, en La Casa de los Disfraces.

Un fin de semana apoteósico

El gran momento llegó y, desde el sábado por la mañana, nos reunimos toda la familia en mi casa. Habían pasado algunos meses desde que nos habíamos reunido por última vez, por lo que hubo tema de conversación durante toda una velada que estuvo perfectamente complementada con una comida de escándalo en el restaurante más distinguido de la ciudad.

Después de aquello, llegaba la hora de la verdad. Los más jóvenes (mis primas y primos, mi hermano y yo) decidimos salir de fiesta y por eso abrimos los paquetes que contenían nuestros disfraces. Tras comprobar que todavía nos sentaban de maravilla, decidimos marcharnos y disfrutar de la noche, algo que por supuesto terminaríamos por hacer.

Aquella noche fue de las mejores de mi vida. Entre todos lo pasamos genial, bromeando hasta altas horas de la madrugada y olvidándonos un poco de un día a día que nos había carcomido durante los meses de enero y febrero. Era un momento para nosotros. Y la verdad es que lo aprovechamos al máximo.

Un año después, sigo acordándome de lo mucho que para mí significó esa noche. Los meses siguientes en el trabajo no fueron fáciles, pero desde luego aquel descanso me dio la fuerza necesaria para afrontarlos. Para este año, la familia decidió mantener la dinámica y hemos conseguido un efecto parecido, disfrutando de nuevo de la mejor comida de nuestro restaurante preferido y volviendo a disfrazarnos (obteniendo los disfraces de La Casa de los Disfraces, por supuesto) para disfrutar de la noche de Carnaval. Un plan genial y que a buen seguro seguiremos repitiendo durante los años venideros. Que así sea.

 

 

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