La gastronomía, es un arte, y como tal, todos los sentidos han de participar de la experiencia gastronómica, y no solo el gusto o el olfato. De hecho, la comida, provoca una primera impresión en la vista. Y es que comemos, como se suele decir, con los ojos. De hecho, los colores en la naturaleza sirven para advertir de la presencia de un peligro, y van a condicionar nuestra aceptación o rechazo hacia la comida.
¿Sabes por qué a la mayoría de l@s peques no les gustan las verduras?
Pues a los niñ@s no les gustan las verduras porque son verdes, ni más ni menos. Con la edad, este instintivo rechazo hacia los alimentos verdes, va desapareciendo. Y es que el color verde en la naturaleza, sirve de advertencia ante la posibilidad de podredumbre en un alimento. Cuando la comida se estropea, coge moho, que presenta esta tonalidad, y de ahí la asociación.
Con el color rojo, también puede pasar, aunque en menor medida ya que también se relaciona con lo dulce. Y es que el rojo, nos dice que algo puede ser venenoso, ya que muchas vallas venenosas, tienen este color.
El color amarillo, también provoca rechazo en los alimentos, y se asocia, por ejemplo, con el color de algunos animales venenosos, como las abejas o las serpientes.
Y en cuanto al color azul, decir que es el menos apreciado en la gastronomía, ya que el ojo humano, no identifica ese color con ningún tipo de alimento. En cambio a los niñ@s, sí les gusta este color, y es frecuente verlo en las tartas y dulces de las fiestas infantiles, como cumpleaños, comuniones o incluso bautizos y baby shows. Es precisamente el hecho de que ningún alimento es azul, lo que les provoca tanta fascinación con este color.
Así que, tenemos que la vista es el sentido que más participa en la experiencia gastronómica, aunque, como ya hemos dicho, acompañado de los otros 4.
El sentido de la vista en hostelería y restauración
Cuando una persona va a comer a un restaurante, no solo va a comer, sino que va a disfrutar, a relajarse, a divertirse, dejando atrás su día a día, sus rutinas. No se trata solo de no querer hacer la comida y entonces bajar al bar, no. Cuando no queremos cocinar llamamos al Chino, o cualquier otro, o lo pedimos online a través del móvil. No hay nada más fácil que esto.
El momento en el que tomamos la decisión de salir a comer fuera de casa, es porque queremos disfrutar de un espacio determinado, de un ambiente especial, diferente al que tenemos en nuestro propio hogar, algo que nos haga olvidar, por un breve espacio de tiempo, nuestras preocupaciones y problemas. No se trata solo de comer, de saciar la necesidad de comida, de calmar el hambre y la sed. No, es mucho más.
Es, por tanto, fundamental, crear y diseñar un espacio en el que el comensal, pueda disfrutar de una experiencia inolvidable, con todos los sentidos. El interiorismo, la decoración, serán una pieza clave a la hora de atraer clientes nuevos y de fidelizar a los actuales. El éxito en hostelería, depende de encontrar el equilibrio perfecto entre la funcionalidad y la estética.
El exterior, forma parte igualmente del restaurante, y un bonito paisaje, nos hará, sin lugar a dudas, la experiencia aún más agradable. Contar con grandes ventanales o con puertas correderas de vidrio, que permitan la entrada de la luz y una visión perfecta del exterior, es fundamental. Y es que nos gusta mirar, mientras comemos, y no solo al plato, y lo que vemos, si nos gusta, hace realzar el sabor de nuestros alimentos. Esto lo saben bien en Ventanas Elche, y por eso ofrecen las mejores ventanas de PVC del mercado, y se pueden encontrar en muchas de los establecimientos de hostelería de Elche. Cuentan con una amplia gama de productos de PVC, como ventanas de PVC a medida, baratas y con total garantía. Esta empresa, tiene una larga trayectoria y han sabido mantenerse en el mercado desde hace años dándole la mejor calidad a todo lo que hacen.
Vivir una experiencia gastronómica implica la participación de los 5 sentidos, no lo olvides.