Todo restaurante que se precie debe tener una buena carta de vinos. Es bastante obvio pensar que cuando hablamos de una hamburguesería la cosa cambia, pues parece que la cerveza será la bebida alcohólica estrella del lugar, pero dejando a un lado ese plato americano tan apreciado en nuestro país por niños y adultos, en cualquier otro restaurante, sirva el tipo de comida que sirva, es importante que la carta incluya una buena variedad de vinos, sobre todo en nuestro país.
Ahora bien, ¿es fácil seleccionar el vino en una carta de restaurante? Pues la verdad es que no. Por un lado tienes el problema de la selección en base a la calidad y el sabor ya que, o eres un aficionado muy informado o eres un experto para poder conocer las marcas y los sabores de cada uno. Y por otro lado tienes el problema del precio ¿por qué los vinos tienen precios tan elevados en los restaurantes?
Según los expertos la respuesta correcta a esa pregunta es que, en realidad, el precio de los vinos en restaurantes no suele ser abusivo. Debemos tener en cuenta que un vino en un restaurante puede ir desde los 12 euros hasta los cientos, por lo que todo depende del vino que elijas. Además, al ser una bebida social, la botella se comparte, por lo que el precio de la misma, como mínimo, será entre dos y a veces entre cuatro. Es decir, que si adquirimos una botella de vino a un precio de 14 euros estaríamos pagando unos 3,5 euros por comensal, lo que no está nada mal, y obviamente el precio sube dependiendo de la marca, la añada y la calidad del caldo. Si a esto le añadimos el hecho de que en un restaurante no pagas solo la botella de vino, sino también el servicio, la cosa aún cambia más. Por ejemplo, a pagar la botella de vino para beberla en un restaurante, y no en tu casa, pagas la atención del camarero, el trabajo de adquisición que ha hecho el restaurante para conseguir esa botella, el espacio de degustación, el almacenaje de la botella durante “X” tiempo para que sea un buen caldo, el uso de la vinoteca, etc. A todo esto hay que darle un margen de beneficio al restaurador así que, sabiendo todo esto, ¿realmente son tan caros los vinos cuando los pedimos en un restaurante?
Además, las vinotecas de los buenos restaurantes no son moco de pavo y pueden llegar a pagar miles de euros por ellas con el fin de mantener los vinos a una temperatura y en un estado perfecto para sus comensales, y esto, lógicamente, también se paga. Vicave, expertos en vinotecas para restaurantes, nos ha asegurado que un establecimiento hostelero puede pagar por una buena vinoteca 1000 euros como mínimo, llegando hasta los 15.000 cuando se hace obra para aclimatar una habitación a modo de bodega o incluso más.
Lógicamente, cuando vemos un Marina Alta (un vino exquisito para pescados y aperitivos que tiene un precio muy económico) en un supermercado y comprobamos que su venta al público ronda los cinco euros, nos puede parecer carísimo que en un restaurante nos cobren 18 pero ¿lo es? Probablemente esta botella tenga una buena relación calidad-precio en los restaurantes siempre que se mantenga entre los 13 y 19 euros.
Cómo elegir un vino en un restaurante
Dicho todo esto, lo que más molesta es seleccionar un vino de la carta a un precio que a priori nos puede parecer elevado y que, encima, no nos guste. Por eso vamos a daros algunos consejos a la hora de elegir un caldo de la carta de un restaurante.
- Sumiller: Aunque no todos, son muchos los restaurantes que cuentan con la figura del sumiller que es una persona especializada en el vino. Por eso, es una buena idea que, si no sabes por dónde empezar, recurras a él para que te haga alguna recomendación tras indicarle qué tipo de vino te gusta o tras comentarle el plato que vas a comer.
- Precio: la realidad es que los vinos más económicos, aunque no siempre, tienden a ser los más “normalitos” por lo que, si buscas algo con mayor calidad y que no se pase de precio, lo mejor es que te muevas en un rango intermedio.
- La comida. Como bien sabes, debes seleccionar el vino en base a la comida que vas a tomar. Beber un vino blanco con un entrecot no es un sacrilegio como algunos dicen, pero la verdad es que se saborea más el sabor de la carne, y del vino, cuando se acompaña con un buen tinto. Sin embargo, hay vinos blancos que van muy bien también con las carnes y, la diferencia, es que son un poco más pesados que los típicos que usamos para aperitivos o pescados.
- Número de botellas. Si solo vamos a pedir un vino para el plato principal la elección es más sencilla, pero cuando la idea es pedir un vino para los aperitivos, otro para el plato principal y un tercero para los postres, debes tener en cuenta que siempre debemos beber los caldos más ligeros al principio e ir subiendo a los sabores más fuertes después o, de lo contrario, no valorarás el vino ligero tras haber probado el más potente.
No obstante, todo esto no son más que algunas ideas a tener en cuenta, ya que solo los verdaderos amantes del vino tienen tanto conocimiento como para coger una carta de restaurante, reconocer marcas, añadas y calidad del caldo y saber, realmente, qué es lo que quieren seleccionar. Así que ¡Suerte!, esperamos haberte ayudado un poco.