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Descubre el poder antioxidante que provoca el vino en nuestro cuerpo.

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Sabemos a ciencia cierta que la uva y, por consiguiente, el vino, tiene propiedades bastante beneficiosas para nuestra salud. Una de las propiedades que más pueden interesarnos sin duda es su poder antioxidante.

Las propiedades naturales antioxidantes que tienen algunos alimentos son capaces de prevenir y retrasar los daños que se producen en las células de nuestro cuerpo debido al envejecimiento natural del cuerpo. Por este motivo, dichas propiedades son bastante beneficiosas para mantener nuestro cuerpo fuerte y joven, aunque nos hagamos mayores.

De hecho, vivimos en una sociedad que se muestra bastante temerosa con la idea de envejecer, y que ante todo busca la eterna juventud. Si te fijas bien, en los anuncios de la televisión o las revistas de belleza se trata la vejez o adultez como si fuera un tema negativo e incluso como si fuera algo tabú, ya que la mayoría de anuncios no muestran a personas mayores reales. La publicidad de cremas anti edad y demás tratamientos rejuvenecedores, los anuncian chicas y chicos que no tienen más de 20 años ¿puede existir algo más contradictorio?

Tras esto, podemos confirmar que el aspecto es muy importante (demasiado, quizás) para esta sociedad. Pero, lo que debería ser más importante es mantenernos sanos y jóvenes en nuestro interior, ya que ¿de que sirve lucir radiante por fuera si nuestro cuerpo está completamente envejecido o dañado por dentro?

Si uno no se siente uno bien por dentro, jamás logrará sentirse bien por fuera. Por lo tanto, en este artículo vamos a conocer los beneficios del poder antioxidante que nos brinda el vino, el cual nos ayudará (con un consumo responsable) a encontrarnos bien en nuestro interior.

¿Cuáles son las propiedades antioxidantes del vino?

El vino contiene una gran variedad de compuestos antioxidantes, siendo los más estudiados los polifenoles, como el resveratrol, las antocianinas y los flavonoides.

¿Cuál es el vino que más destaca por sus propiedades antioxidantes? El vino tinto.

¡Ese tan rico que puedes mezclar con la casera y tomarlo a la hora de comer, sí! Las propiedades antioxidantes que actúan en nuestro organismo se obtienen de las pieles y semillas de las uvas durante el proceso de fermentación.

Se ha demostrado que tomar vino tinto en pequeñas cantidades puede ser realmente beneficioso para nuestra salud, ya que nos ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares gracias a sus propiedades antioxidantes.

¿Recuerdas los compuestos que hemos mencionado antes? Pues el que más destaca de todos ellos es el resveratrol, debido a sus posibles beneficios para la salud. Se cree que tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y cardio protectoras.

Este compuesto puede, además, tener un impacto realmente positivo en nuestra piel y mejora notablemente nuestra circulación y nuestra visión.

Estamos seguros de que a partir de ahora no vas a olvidarte fácilmente de este compuesto, ya que es muy bueno para nosotros y podemos consumirlo fácilmente. De hecho, puedes fabricar tu propio vino si te interesa el tema ¿quieres saber cómo? Quédate y te lo contamos.

¿Puedo hacer mi propio vino tinto?

¡Si! Y además puede ser un proceso realmente gratificante, aunque requiere tiempo, paciencia y ciertos suministros.

Para hacer vino tinto casero, deberás seguir una serie de pasos, los cuáles puedes conocerlos a continuación y complementar dicha información visitando la web de  Plantvid.

  1. Primero, debemos seleccionar las uvas:

Elige las uvas adecuadas para tu vino tinto. Las variedades más comunes son Cabernet Sauvignon, Merlot o Malbec. Puedes comprar las uvas en una tienda especializada en vinificación o cultivarlas tú mismo si tienes un viñedo. También puedes adquirirlas a través de un vivero como el que te hemos mencionado anteriormente.

  1. Limpia y desinfecta todo adecuadamente:

Asegúrate de que todos los equipos y utensilios que utilizarás estén limpios y desinfectados. Esto es crucial para evitar la contaminación bacteriana y asegurar una fermentación saludable.

  1. Despalilla y estruja las uvas:

Si las uvas tienen racimos, retira los racimos y utiliza solo las uvas. Puedes estrujar las uvas a mano o utilizar una prensa para extraer el jugo. Si te has fijado en las películas lo hacen de modo divertido, pisando las uvas, así que cada uno que lo haga como le parezca mejor.

La piel y las semillas de la uva contienen compuestos que añaden sabor y color al vino, así que considera dejarlas en contacto con el zumo durante la fermentación.

  1. Toca dejarlas fermentar:

Pasa el zumo de uva a un recipiente de fermentación, como un barril de roble o una cubeta de plástico alimentario. Añade levadura específica para vino tinto al jugo para iniciar la fermentación.

¡La levadura convertirá los azúcares del zumo en alcohol, como si fuera magia!

Durante la fermentación, el zumo debe estar en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado. Quizá no tienes una bodega particular, pero también puedes fabricarte una (puedes mirar de la misma manera en la web de los viveros que te hemos recomendado, ya que te dan muchos consejos acerca de este tema).

Después de aproximadamente una semana de fermentación, puedes prensar las uvas para extraer más zumo. Utiliza una prensa de vino o un colador de malla fina para separar el líquido de los sólidos. El zumo resultante se llama «mosto» ¿te suena de habérselo oído a alguien en un bar?

  1. Fermentación secundaria.

Transfiere el mosto a un recipiente de fermentación secundaria, como un matraz de vidrio o una botella de vidrio. Coloca un “airlock” o válvula de fermentación en la parte superior del recipiente, para permitir que el dióxido de carbono escape durante la fermentación.

  1. Finalmente, déjalo madurar:

Deja que el vino fermente durante varias semanas o meses en un lugar fresco y oscuro. Durante este tiempo, el vino se clarificará y los sabores se desarrollarán.

Ten en cuenta que, según su tiempo de maduración, el resultado será uno u otro. Hay personas que adoran beber vino de hasta 15 años, así que imagínate el tiempo que puedes dejarlo ahí…

Para acabar, queremos recordarte que a pesar de que beber vino sea beneficioso para nuestro organismo, no recomendamos consumirlo a diario ni sustituirlo por una alimentación adecuada. Todo consumo de alcohol siempre debe realizarse desde un punto de vista responsable, por lo que se recomienda no abusar de estas sustancias, ya que el efecto en nuestro organismo podría acabar siendo totalmente contrario al que deseamos.

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