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Enso Sushi, la mezcla entre la cocina japonesa y la mediterránea

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Me encanta la cocina japonesa, no puedo evitarlo y en la multitud de viajes que realizo durante el año destaco a Enso Sushi. La comida del país del sol naciente es una buena muestra de respeto, tanto al producto como a quien lo come, una manera de entender la comida por parte de los japoneses, que personalmente me cautiva y también a muchos millones de personas en el mundo que acudimos a restaurantes japoneses vivamos en Madrid, París o Sidney.

Se suele decir que tienen una gran sensibilidad que se ve en la cocina japonesa, donde cuidan mucho las formas, volúmenes, colores, la disposición o el orden. Un cuidado que llega al más alto nivel en el caso del pescado, que casi parece una religión, algo que a un occidental se nos hace un tanto extraño, pero hace que disfrutemos mucho de sus platos.

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Un trozo de Japón en España

Antonio, el chef, me comentó muy amable que pudo trabajar en Tokio varios años, lo que le hizo posible conocer bien su cultura, aprender japonés y el haber podido exportar a aquel país asiático del magnífico atún rojo Mediterráneo. Esto hace que cuando vas a comer o cenar allí, puedes llegar a sentirte como si estuvieras haciéndolo en Tokio u Osaka.

En restaurante en Madrid que tienen se encuentra en el Paseo de la Castellana, una magnífica zona para un restaurante en tonos negros que cuenta con una preciosa barra de sushi y un gran espejo. Parece complicado innovar después de la explosión de restaurantes japoneses que han surgido casi como setas, pero eso hace que se aprecie más la novedad y diferencia que aporta Enso Sushi.

Se puede disfrutar de un abanico de cortes de sashimi que te hacen darte cuenta que no estás en otro japonés más. Lo bueno que tiene Enso Sushi es que va más allá de la típica apuesta por atunes y salmones, ofreciendo una variedad de una veintena de pescados del Mediterráneo donde puedes encontrar la dorada o el salmonete, lo que hace que pueda uno descubrir tonos y matices sin duda novedosos y muy interesantes.

Antonio nos comentó que además tiene otros cinco restaurantes entre su tierra, Murcia y Alicante. Hablando de Japón, Antonio nos comentó anécdotas de su estancia en Tsukiji, que es el mercado de pescado más grande del mundo y que le ayudó a ver como se debe tratar para dar el mejor servicio luego a sus clientes.

Algo que me llamó la atención fue el horno milenario japonés realizado en cerámica y que se alimenta por leña, de nombre Kamado y que da unas aromas y matices ahumados que dan como resultado deliciosos tatakis de solomillo y atún, o unos sabrosos niguiris de caballa o mis favoritos, los sashimis de toro que dan buena cuenta de la calidad con la que en este restaurante se trabaja, que imita y consigue ese respeto del pueblo japonés hacia la comida, los ingredientes y comensales. Un restaurante que te recomiendo, sin duda alguna.

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